EL ARTE KITSH
Published by La Hermosura del Silencio under on 13:51Luis de la Roca
Carola Orozco
¿Te gustan las playeras con serigrafía? ¿Las corbatas con dibujos animados? ¿Cuadros con imágenes extrañas y de mal gusto? ¿escuchar musica con letra vulgar? etc... Pues todo eso es lo que conocemos como arte Kitsch y esta presente en todas partes. Se centra en la imitación, falsificación, copia, es como una experiencia sustitutiva y falsa sensación y se encuentra en la estética de la decepción y del autoengaño. Es una palabra alemana de uso universal, viene de kitschen y se utilizó para designar a muebles nuevos realizados con materiales viejos. Se denomina cursi, ridículo, exagerado, pasado de moda de mal gusto, pero aun así es consumido por los humanos. Es Arte que nace de arte... y las palabras que definen al Kitsch continúan para adornar y que se concibe “sobre decorado”, la palabra se origino en los mercados entre los años de 1860 y 1870 y el término era usado para describir los dibujos y bocetos baratos o fácilmente comercializables.
Inicio con los plutócratas y los nuevos ricos y después pasó a la nueva burguesía y segmentos de la población que querían imitar a la vieja aristocracia. Hablamos pues de un modo de apariencia, buscando el prestigio o la agradable ilusión de ello. Alexis Tocqueville en su obra Democracy in America habla de: “hipocresía del lujo” señala que todo el mundo quiere aparentar lo que no es y es ahí donde se convierte en el consumo, en un manipulador del ideal social y es como si se transformara en un modo de comprender el mundo y donde el ser humano busca ser aceptado por una sociedad.
Lo kitsch empezó a ser definido como un objeto estético empobrecido con mala manufactura, significando más la identificación del consumidor con un nuevo status social y menos con una respuesta estética genuina. El sacrificio de una vida estética convertida en pantomima, usualmente, aunque no siempre, con el interés de señalar un status social. Aunque hay que decir que actualmente se dice que el kitsch es un género que trata de aparecer sentimental, glamoroso, teatral o creativo, más sin embargo es un gesto imitativo de las apariencias superficiales del arte. Se dice que el kitsch se basa en repetir formulas dejando de lado el sentido de creatividad y originalidad desplegado en el arte genuino.
El kitsch, como categoría artística, funciona dentro del contexto aristocrático enjuiciador que determina un “buen” y un “mal” arte, cuanto más productos kitsch hayan, más brillará la apreciación de la autenticidad del arte, como sello de garantía del mismo. De este modo, se establece que el kitsch no es algo simplemente alejado del arte, sino su antítesis: este estilo posee las características extrínsecas de aquél, pero funciona como su negación, el artista o realizador se impone generar no un buen trabajo, sino un trabajo agradable, un producto del consumismo, ¿simulación artística o no?, su objetivo es crear cualquier cosas u objeto caracterizados por la ausencia estética, sin embargo lo que persigue es tener una gran aceptación comercial.
Podemos citar a Lila Dipp artista tapatía creadora de “arte objeto” con influencia Kitsch y define esta palabra “como un arte de origen alemán que no puede ser traducido a nuestro idioma, sino sólo creado”. Esta artista que inició a crear arte objeto desde 1988, se vale de cajas de madera, fotografías antiguas, flores secas, collares de perla y un sin fin de baratijas de colores vistosos y tonos metálicos para fecundar sus obras Kitsch y luego exhibe en restaurantes y café-galerías.
El Kitsch está presente en el ambiente; respiramos, vemos, creamos y sobre todo consumimos Kitsch y es donde sometemos a todo aquello que “parece ser, pero no es”, tal como lo define Amalia López, docente de la materia de Historia del arte en la Universidad de Guadalajara.
La génesis del kitsch coincide con el ascenso de la clase burguesa. La burguesía se instala en la época de Napoleón III, y se transforma en una sociedad de masas que se recluta mediante el filtro de la educación. El romanticismo le brinda ideales a burguesía diluido en un modo de vida. Sin embargo, el kitsch llega a las ciudades antes de volcarse sobre las sobre las zonas rurales.
¿Pero es un arte?
Estamos acostumbrados a que todo lo bonito es un “Arte” que uno mismo admira y dice “Te presento mi obra de arte”, pero el kitsch como arte aparece como un movimiento permanente en la relación entre lo original y lo vulgar. El arte kitsch, es un modo que tiene el hombre de comportarse con las cosas. Cuando el arte es desmesurado, el kitsch diluye la originalidad en cierto grado para que todos lo acepten.
El kitsch se asocia al desarrollo del mercado de consumo masivo, tanto así que los teóricos e intelectuales lo ven como el hijo natural de la modernidad. Lo kitsch aparece en la historia en el momento en que la belleza en sus diversas formas es distribuida socialmente, igual que cualquier otra comodidad sujeta a la ley del mercado, de la oferta y la demanda. Oscar Wilde dijo que "la naturaleza solía imitar al arte, hoy a la naturaleza no le queda otra elección que la de imitar las reproducciones del arte".
Pero en nuestra actualidad podemos hablar sobre como ha girado el arte kitsch en una vida “moderna”, fue en 1917 cuando el dramaturgo y poeta alemán Franz Wedekind escribió que “lo kitsch es la forma contemporánea de lo gótico, rococó, barroco". Esa fue la primera vez en que la esencia de la modernidad se identificaba como kitsch. La modernidad es el presente antitradicional, el experimento, la novedad del “make it new” de Pound, es el compromiso con el cambio de las vanguardias, y también es un producto kitsch que sugiere repetición, insignificancia, vulgaridad. Calinescu sostiene que “la relación entre el kitsch o arte de consumo y el desarrollo económico es tan estrecha, que se puede decir que la presencia en los países de segundo o tercer mundo es un signo indiscutible de modernización.
Se puede decir entonces que el hombre kitsch desea llenar su tiempo libre con la máxima excitación a cambio de un mínimo esfuerzo, por esta razón lo kitsch puede definirse como un intento sistemático de huir de la realidad cotidiana. En el contexto de la cultura de masas kitsch significa “Falsa conciencia estética”, lo que Adorno ha denominado como “parodia de conciencia estética o una parodia de catarsis” (Calinescu: 235). Hoy se designa la inadecuación estética en general y permite comprender en gran medida las formas de la cultura y el arte contemporáneos, llenos de producciones alternativas que se relacionan constantemente con el kitsch promoviendo efectos baratos, sentimentales y muchas veces dirigidos para el consumo masivo.
En relación a la literatura se pueden distinguir dos categorías: kitsch producido para la propaganda y kitsch producido para el entretenimiento. En esta última el kitsch asume la característica de ser arte para el recreo y entretención de fácil acceso, con efectos rápidos y predecibles, capaz de responder a la necesidad sicológica del lector que busca escapar del aburrimiento de la vida cotidiana, por lo tanto, para caracterizar lo kitsch no sólo intervienen los factores lingüísticos internos del mensaje, sino también la intención con que el autor lo vende al público y cómo el público lo recibe. Es en este sentido que el arte kitsch no hace tanto referencia al arte, como a un comportamiento vital, puesto que no podría prosperar si no existiera un kitsch-Mensch, que necesita una forma tal de mentira para reconocerse en ella. La situación antropológica de la cultura de masas se configura como una dialéctica entre propuestas innovadoras y adaptaciones homologadoras, las primeras continuamente traicionadas por las segundas: con la mayoría del público que disfruta de las homologaciones, creyendo estar disfrutando de las innovaciones vanguardistas.
Para finalizar podemos decir que el arte Kitsch se caracteriza por su facilidad de acceso y de lectura, además de entretenimiento. Son productos que invita a la relajación. Sugiere riqueza y superficialidad, la belleza que en el clasicismo es algo transcendental e inalcanzable, con el arte Kitsch se va a convertir en un objeto de consumo, la belleza se va a poder comprar y vender. Se intenta abastecer a las nostalgias populares y a la vaga idea de belleza de la clase media, sin embargo más que algo material o tangible también hay que ver el arte Kitsch como un fenómeno sociológicamente psicológico y como un estilo de vida donde domina la estética triunfal y la ética del consumo que es lo que más busca el arte kitsch.
CONCLUSIONES
Aunque digamos “yo no soy así” o “yo no utilizo nada de eso”, “que los tiempo cambia las cosas” no es cierto pues nosotros mismos hemos cambiado según el tiempo y espacio y es por eso que llegado a la conclusión de que todos y todas estamos rodeados del arte kitsch y muestra de ello es la música que escuchamos, los cómics, tarjetas, decoraciones del hogar, de la oficina, todo aquello que nos rodea y que fluye desde la sociedades de consumo, somos parte del arte kitsch.
Si creíamos que el arte kitsch es un fenómeno que se refleja solo en los objetos, hoy nos damos cuenta que a través de este ensayo se presenta en diferentes formas como por ejemplo en la música o en la literatura, en las obras de pintores reconocidos, ya que las repeticiones ó imitaciones están en cualquier lugar, aunque estamos de acuerdo que no todas las opiniones y aceptaciones de las personas van a ser despectivas pues a pesar de su característica de mal gusto, no se acepta en muchas ocasiones nuestra realidad, nuestra ideología, nuestra forma de vivir etc, sin embargo es agradable para los miembros de la sociedad de masas que admiten tener un nivel de exigencias que le permite pasar a la sensación de sentirlo o de necesitarlo, es por eso que se dice que es esencialmente un sistema de comunicación de masas.